El aumento de la regulación como desafío profesional
En los últimos años, la auditoría ha enfrentado una creciente presión regulatoria en países como Estados Unidos y el Reino Unido, lo que ha provocado una tensión significativa entre los profesionales del sector y sus reguladores. Esta tendencia ha generado efectos visibles en la atracción y retención de talento, así como en los costos y operaciones de las firmas auditoras.
Estados Unidos: responsabilidad individual y nuevos estándares
La emisión de nuevas normas por parte del Public Company Accounting Oversight Board (PCAOB) ha sido motivo de debate. Entre ellas destaca la Norma 3502, que introduce la responsabilidad personal del auditor, un cambio que ha sido recibido con reservas por gran parte del gremio.
Otra propuesta reciente del PCAOB sugiere métricas obligatorias sobre tiempos de formación, implicación directiva y retención de personal, lo cual busca incrementar la calidad de la auditoría documentando factores internos más difíciles de rastrear.
Sin embargo, grandes firmas como Deloitte y organismos como el AICPA han expresado su preocupación por el aumento en los costos de cumplimiento, lo que podría llevar a firmas pequeñas y medianas a abandonar auditorías de empresas públicas.
Reino Unido: creación de ARGA y el nuevo centro CPIA
En el Reino Unido, el Consejo de Información Financiera (FRC) encontró que el 26% de las auditorías inspeccionadas no cumplían con los estándares requeridos. Como respuesta, en 2024 se anunciaron medidas clave como la creación de la Autoridad de Auditoría, Información y Gobernanza (ARGA), que reemplazará al FRC.
Además, se estableció el Centro para la Auditoría de Interés Público (CPIA), encargado de generar herramientas como el Índice de Confianza en la Auditoría, que servirá como termómetro público sobre el progreso del sector.
Conclusión
Tanto en EE.UU. como en Reino Unido, la regulación más estricta plantea un doble reto: mejorar la calidad de la auditoría sin debilitar el ecosistema profesional. Las firmas deberán fortalecer sus controles internos, adoptar tecnologías emergentes y redoblar esfuerzos en capacitación para mantenerse competitivas y alineadas con las exigencias regulatorias.